Que deseamos que todos nuestros adherentes sean buenos patriotas, y lo serán, no consintiendo poner en peligro la paz de cada patria; lo que se consigue sabiendo que todos los hombres de las otras patrias son tan patriotas como todos; creerlos menos, es una provocación que pone obstáculos a la fraternidad y es un peligro inminente para la paz y buenas relaciones. Quitar esos peligros, es ser verdaderos patriotas y se borran las fronteras en lo moral y espiritual, que es por donde empieza y se afianza la grandeza y bienestar de las naciones, bajo un imperturbable iris de paz: en lo que nuestra Escuela se empeña y lo lleva al publico por LA BALANZA.
A su vez, en la Balanza Nº 60, resalta el papel forjador de la paz que cumplen las mujeres cuando saben ser buenas patriotas, porque este es un gran cuarto amor al que se llega cuando se sabe servir dignamente al primer amor, el hogar, el amor de familia
El amor de madre, no tiene fronteras; las madres, en todas partes son madres, y ellas debieron ser la paz del mundo. ¿Acaso, la madre mexicana, la argentina, la peruana, la boliviana, la francesa y la alemana, la rusa y la austriaca, la turca y la griega, la china y japonesa, no son lo mismo madres y santas por ser madres?
¿Por qué pues echan sus hijos a la guerra a matarse como fieras?... ya es hora pues de dignificaros, sabiendo ser madres: para ello nuestra Escuela os quiere enseñar y lo aprnderéis y lo enseñaréis, en el estudio; apropiándoos, lo que enseñan nuestras doctrinas, especialmente el Profilaxis de la Vida,
Sois, pues, por ser madres, la forma de la paz; pero nuestra Escuela os enseña a ser madres, y por ello, seréis no sólo la forma de la Paz sino la Paz.
Ya en 1931, Trincado había afirmado:
Cada pueblo en sí mismo, como cada hombre, es grande y es un miembro de la sociedad universal; y por la escala de los Cinco Amores
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